El pueblo de la Rabia se halla junto a la desembocadura de la ría del mismo nombre. Reciben este nombre los tramos de cursos de agua que llevan especial fuerza en su corriente, por salto, estrechamiento o cualquier circunstancia.
La Ría de la Rabía y su excepcional playa forman uno de los rincones más bellos y mejor conservados del litoral cántabro. Protegida del mar por un potente arenal, desarrolla una vegetación diversa, típica de las marismas, conservando bosquetes frondosos de alisos, avellanos y sauces. Diecisiete especies de aves utilizan estas fértiles aguas para alimentarse y descansar en invierno. El ánade real, la cerceta común y el cormorán grande son representativos de este ecosistema.