Situado en la Plaza de la Constitución, se construyó hacia 1775 sobre las ruinas de la ermita de S. Juan y antiguo Hospital de peregrinos. Sigue el esquema de soportal con arcos macizos de sillería de medio punto, los cuales amparan un amplio portal que se haya a disposición del pueblo y un piso noble con puerta-ventana abierta a un balcón corrido, apoyado en un gran antepecho.
La obra de cantería la realizó Simón Fernández de Castro En su fachada principal están expuestos 5 escudos de armas de los 5 arzobispos que hicieron que Comillas tomas el apelativo de la “Villa de los Arzobispos”.
Juan Antonio González de la Reguera (1720-1805) Obispo de Perú.
Rafael de la Vara (1754-¿) Obispo de Guatemala.
Bernardo Martínez de la Rabia81759-1826) Obispo de Sonora, México.
Saturnino Fernández de Castro (1827-1886) Obispo de León y Arzobispo de Burgos.
En su sala de juntas, de quien se desconoce quién fue el autor del diseño pero a juzgar por la semejanza con algunos motivos del Palacio de Sobrellano parece probable que se deba a Martorell siguiendo instrucciones de D. Eusebio Güell, figuran dos copias de retratos de D. Antonio López y López y D. Claudio López-Bru, y el de Joaquín del Piélago pintado por Antonio Caba Casmitjna (Barcelona 1838-1907). Se llevó a cabo para recibir la visita del Alfonso XII, ante la necesidad de acogerlo en un auténtico lugar representativo.
En la solana hay dos piezas heráldicas .Una de ellas bajo corona real y el otro va timbrado de yelmo de hidalguía, y presenta una nave que rompe las cadenas de Sevilla con su proa. En el cantón superior la torre andaluza y en punta de ondas de agua. Son las armas del Ayuntamiento de Comillas.
Se conservan, en la plaza, algunas casas de tipo popular montañés, casas en hilera con la fachada de miradores, con muros cortafuegos, aleros, que crean junto al Ayuntamiento y la iglesia un rincón austero. Comillas fue declarado conjunto histórico (Bien de Interés Cultural en calidad de conjunto histórico) en 1985.
El interior del edificio no se puede visitar. Cuenta con exposiciones temporales en los soportales, a los cuales se puede acceder por las calles empedradas del centro histórico, subiendo un pequeño escalón.